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Mira, observa y aprende

  • Foto del escritor: Juan Gonzalez
    Juan Gonzalez
  • 7 sept 2021
  • 2 Min. de lectura
Mirar por el simple hecho de mirar puede dejar grabadas características que escapan a nuestra comprensión pero que alimentan el "feeling" o instinto.

Durante años, décadas hombres exitosos han labrado un camino de trabajo que culmina con una posición o un éxito encumbrándolos en las altas esferas de sus campos, motivándolos a comunicar su éxito a través de sus memorias o de un libro franco de como alcanzaron el éxito.

Otros más son objeto de análisis por escritores que tratan de desenmarañar las complejas curvas que delinearon su estrategia de crear fortuna.


Sin embargo, ninguno de esos libros puede resultar una formula, por el contrario, muchos de ellos son tan fantasiosos como la más famosa de las fabulas o películas de Disney. Súbitamente de una operación a otra saltaron de una esfera a otra más alta como por arte de magia, sin acusar a nadie, para entender eso se debe ser muy infantil o deben faltar dos dedos de frente, a lo que quiero llegar es que el factor que nadie toma en cuenta es invisible, por ello que no le tomen en cuanta, es un factor diferente, inmedible, inescrutable.

Es el hombre y sus circunstancias lo que toma un papel importantísimo en la figura de cualquier éxito.

En ocasiones es el carisma innato, en otras quizá en casos muy raros como el de un soldado, o un jefe de la mafia, puede tener que ver con un accidente o una mutación en los procesos químicos de su cerebro que impide que sienta miedo, de tal forma que algo que paralizaría al más valiente de un escuadrón, pero para ellos es baba de perico.

Múltiples cambios en la psique, en los procesos químicos o en las circunstancias sociales, empresariales, de familia pueden ser factor clave, pero al desconocerlos se les atribuye el éxito a las cualidades visibles de ese individuo.

 
 
 

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